En Argentina, crece el interés por los productos orgánicos
Nuestro país los produce y exporta desde hace muchos años pero recién ahora la demanda interna comienza a despertar. Para impulsar productos orgánicos auténticos, el principal desafío es que el consumidor logre comprender que el producto orgánico posee una calidad diferencial.
Para obtener esta calidad, el productor debe cumplir con una norma durante un período de dos años hasta obtener el certificado orgánico final. Durante este período, los productos pueden ser rotulados y comercializados como “orgánicos en transición”.
Recién, luego de dos años de seguimiento de las normas de producción orgánica, el productor obtiene el certificado de calidad orgánica.
Para la compra responsable, lo más importante es un consumidor informado
, ¿y dónde encontramos la información de un producto?: en su etiqueta.
A la hora de comprar productos orgánicos, el consumidor puede buscar los sellos que identifican que el producto es realmente orgánico y, si tiene alguna duda, puede consultar a la certificadora que aparece en el rótulo. Las certificadoras son controladas por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca a través del Senasa. Hace muchos años que Argentina es productora de orgánicos para exportación atendiendo las necesidades de los mercados internacionales, pero recién en los últimos años el consumidor argentino despertó su interés por los productos orgánicos y generó la demanda en el mercado interno.
A lo largo del tiempo, la demanda de la agricultura orgánica se ha expandido notablemente. En la actualidad, el consumidor ha cambiado la forma en que elige sus productos a la hora de comer, ya sea por cuestiones económicas o saludables o por tiempos reducidos.
A su vez, se presenta un requerimiento creciente, especialmente de los mercados de los países desarrollados con alto poder adquisitivo, donde las decisiones de compra están cada vez más influenciadas por aquellas preocupaciones más vinculadas con el medio ambiente y con la salud que con los precios de los alimentos.
La producción orgánica ha dejado de lado el pensamiento de ser un sistema productivo considerado como una moda. Se ha comprobado que este tipo de producción está plenamente instalado en el conocimiento de muchos productores agropecuarios, industriales y comercializadores/exportadores del país. En virtud de esto, consideramos propicio el desarrollo de la misma, contando con una gran ventaja competitiva de la Argentina como país productor de alimentos.
La transparencia y la trazabilidad de un producto orgánico se encuentran a través de la certificación. Tomemos el ejemplo de una mermelada, que puede contener azúcar y frutas: para que la mermelada sea orgánica, todos los ingredientes deben contar con su certificación orgánica. La certificación asegura que todos los insumos que forman un producto cumplen con las mismas reglas de producción. La certificación es una garantía hacia el consumidor que le asegura que el producto orgánico cumple con todos los requisitos de la norma, y que esta situación ha sido verificada en forma transparente por una empresa certificadora.
Cualquiera sea el producto, debe producirse siguiendo ciertas normas que se plasman en la ley nacional argentina 25.127, creada en el año 1998. Esta ley tiene reconocimiento internacional procurando cumplir con los más altos estándares de calidad.
Para que un producto orgánico sea certificado como tal, debe comprobarse que todos los operadores de la cadena comercial (agricultores, transformadores, agroindustrias, exportadores, importadores, mayoristas y minoristas) actuaron según las normas y los reglamentos del programa de certificación correspondiente.
Números naturales
La superficie de productos orgánicos cosechada en 2013 en Argentina fue de 65.555 hectáreas, mostrando una tendencia creciente y ubicándose por encima del promedio de los últimos cinco años. La tendencia de esta variable muestra que desde el año 1995 hasta 2013 creció en promedio entre el 8% y el 12% anual. Los principales cultivos orgánicos cosechados pertenecen al grupo de los cereales y oleaginosas. En segundo lugar se ubican los cultivos industriales.
La superficie bajo seguimiento orgánico en 2013 fue de 3,2 millones de hectáreas (3 millones de hectáreas se dedican a la producción ganadera y 200 mil hectáreas correspondieron a superficie destinada a producción vegetal).
En 2013 se exportaron 147.874.530 kg de productos orgánicos frescos e industrializados, tanto de origen vegetal como animal.
Según el reporte del Senasa correspondiente a 2013, los principales destinos de los productos orgánicos siguen siendo Estados Unidos y la Unión Europea.
Las exportaciones totales de productos orgánicos crecieron 6%, alcanzando las 148 mil toneladas exportadas.
Las exportaciones a EE.UU. crecieron 22% respecto a 2012, volviendo a ser el principal destino de las ventas de orgánicos.
*Presidente de la OIA.
Fuente: diario perfil
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